ASTRONOMÍA
La astronomía es la ciencia que se ocupa del estudio de los cuerpos celestes del Universo, incluidos los planetas y sus satélites, los cometas y meteoroides, las estrellas y la materia interestelar, los sistemas de estrellas llamados galaxias y los cúmulos de galaxias; por lo que estudia sus movimientos y los fenómenos ligados a ellos. Su registro y la investigación de su origen viene a partir de la información que llega de ellos a través de la radiación electromagnética o de cualquier otro medio. La astronomía ha estado ligada al ser humano desde la antigüedad y todas las civilizaciones han tenido contacto con esta ciencia. Personajes como Aristóteles, Tales de Mileto, Anaxágoras, Aristarco de Samos, Hiparco de Nicea, Claudio Ptolomeo, Hipatia de Alejandría, Nicolás Copérnico, Santo Tomás de Aquino, Tycho Brahe, Johannes Kepler, Galileo Galilei, Isaac Newton han sido algunos de sus cultivadores.
Es una de las pocas ciencias en las que los aficionados aún pueden desempeñar un papel activo, especialmente en el descubrimiento y seguimiento de fenómenos como curvas de luz de estrellas variables, descubrimiento de asteroides y cometas, etc.
La Astronomía nació casi al mismo tiempo que la humanidad. Los hombres primitivos ya se maravillaron con el espectáculo que ofrecía el firmamento y los fenómenos que allí se presentaban. Ante la imposibilidad de encontrarles una explicación, estos se asociaron con la magia, buscando en el cielo la razón y la causa de los fenómenos sucedidos en la Tierra. Esto, junto con la superstición y el poder que daba el saber leer los destinos en las estrellas dominarían las creencias humanas por muchos siglos.
Desde el principio de los tiempos el Ser Humano se ha maravillado al observar el cielo estrellado. Sugerentes luces brillantes que pueblan el firmamento al caer la noche. Puede decirse que la Astronomía nació en el mismo momento en que en el Hombre se despertó la curiosidad y la capacidad de preguntarse por el mundo que le rodeaba. Comenzaremos nuestro viaje de exploración con las galaxias, cuya autentica naturaleza no fue descubierta hasta el siglo XX. En las afueras de nuestra galaxia encontraremos a los cúmulos globulares, verdaderos enjambres de estrellas unidas gravitacionalmente. Y distribuidas por toda la galaxia, las nebulosas, inmensas nubes de gas y polvo donde nacen las estrellas.
Una de las imagenes más nitidas de la Nebulosa de Orión obtenidas por el Hubble
Visitaremos las nebulosas planetarias preciosas formaciones de luz y color generadas por el último aliento de las estrellas del tipo solar cuando llegar al final de sus vidas. O el explosivo final de las estrellas más masivas en forma de una espectacular supernova. Como reliquia del final de algunas estrellas encontraremos a los púlsares, que cómo faros galácticos giran sobre si mismos a velocidades sorprendentes haciéndonos llegar pulsos de radiación electromagnética de forma precisa y regular.
Nos acercaremos a las estrellas variables, cuya luminosidad varía de forma periódica y gracias a un tipo particular de variables, las cefeidas, han podido calcularse las distancias a muchas estrellas y galaxias. Y aunque nuestro Sol es una estrella solitaria, son mucho más comunes las estrellas múltiples entre las que destacan las que viven en pareja, las estrellas binarias.
Alrededor de muchas estrellas se están descubriendo nuevos sistemas solares compuestos de planetas extrasolares o exoplanetas cuya búsqueda se ha acelerado con la puesta en orbita de la sonda Kepler cuya misión consiste en buscar planetas del tipo terrestre orbitando otras estrellas y en los cuales podrían darse las condiciones adecuadas para la aparición de la vida.
En los confines del Universo y como vestigios del pasado encontraremos a los quasars o cúasares, galaxias activas situadas a enormes distancias. Y en el centro de muchas galaxias, devorándolo todo a su alrededor, los agujeros negros, singularidades en el espacio-tiempo creadas tras el colapso gravitacional de estrellas supermasivas.
Regresando a nuestro Sistema Solar, visitaremos los planetas que lo componen: ocho tras la última decisión de la Unión Astronómica Internacional de clasificar a Plutón como planeta menor. Comenzaremos por Mercurio, el planeta más cercano al Sol y que por ello ha de soportar elevadísimas temperaturas en su cara iluminada, si bien, al carecer prácticamente de atmósfera su cara nocturna se encuentra a muchos grados bajo cero. Venus, con su tóxica y densa atmósfera, causante del efecto invernadero que mantiene a la superficie del planeta sometida a temperaturas infernales. Después, llegaremos a La Tierra, nuestro planeta, rebosante de agua líquida y de vida.
El planeta marte
Continuaremos con el planeta rojo, Marte, el más visitado por sondas espaciales y que tal vez en algún momento pudo albergar vida en los océanos que se supone existieron en un pasado remoto y que en el presente han desaparecido de su superficie. Tal vez hoy día pudiera quedar algún vestigio de vida microscópica, si bien hasta la fecha su búsqueda ha resultado infructuosa. Tras sobrepasar el cinturón de asteroides llegamos al planeta gigante Júpiter, el más grande del Sistema Solar y que de haber acumulado algo más de materia podría haberse convertido en un segundo Sol. En ese caso viviríamos en un sistema solar doble, aunque tal vez entonces no se habrían dado las condiciones necesarias para la vida en la Tierra y no estaríamos aquí para contarlo. Alrededor de Júpiter como un sistema solar en miniatura una pléyade de satélites lo orbitan, entre ellos destacan los cuatro grandes satélites galileanos: Ío, Europa, Ganímedes y Calixto.
Y llegamos al planeta de los anillos, Saturno, verdadera joya del Sistema Solar con sus espectaculares anillos formados por detritus de algún satélite que no llegó a formarse, desde partículas como motas de polvo hasta rocas de un tamaño considerable. Y en los confines del Sistema Solar los planetas más exteriores: Urano descubierto por William Herschel en 1781 y Neptuno descubierto a mediados del siglo XIX gracias a las matemáticas y a los cálculos de la que debería ser su orbita realizados por el Le Verrier.
El Telescopio Espacial Hubble
Con la llegada del siglo XXI, la observación astronómica ha dado un importante salto de calidad con telescopios cada vez más grandes, como el Gran Telescopio de Canarias con espejo segmentado de 10 metros de diámetro. Grandes instalaciones como las que albergan a los telescopios del Observatorio Europeo Austral en Chile. Y la nueva generación de telescopios fuera de la Tierra: el telescopio espacial James Webb que sustituirá al Hubble que tan espectaculares imágenes del Cosmos nos ha reportado, un posible observatorio situado en la Luna o conjuntos de telescopios situados lejos de la Tierra que darían un servicio extraordinario en el nuevo campo de la búsqueda de planetas extrasolares cómo es el caso de Kepler actualmente en activo.